La diputada y activista Susana Prieto Terrazas ha vuelto a ser blanco de críticas tras su polémica decisión de pedir a la prensa que se retire del salón de plenos durante una crucial discusión sobre el presupuesto público para 2024. En un momento en que la transparencia y el acceso a la información son fundamentales
La diputada y activista Susana Prieto Terrazas ha vuelto a ser blanco de críticas tras su polémica decisión de pedir a la prensa que se retire del salón de plenos durante una crucial discusión sobre el presupuesto público para 2024. En un momento en que la transparencia y el acceso a la información son fundamentales para la democracia, la actitud de Prieto ha sido catalogada por muchos como un intento de ocultar información vital para la ciudadanía.
La sesión, que se desarrollaba con normalidad, tomó un giro inesperado cuando Prieto, visiblemente molesta por la presencia de los medios, solicitó su retiro argumentando que se trataba de un tema sensible que debía discutirse a puertas cerradas. Esta acción ha sido duramente criticada por periodistas, ciudadanos y colegas legisladores, quienes la acusan de actuar en contra de los principios democráticos y de transparencia que deben guiar la discusión de asuntos públicos.
Diversos medios de comunicación han expresado su inconformidad ante la medida, señalando que el derecho de la prensa a cubrir los debates legislativos es esencial para garantizar que la población esté informada sobre cómo se deciden los recursos públicos. Además, han destacado que la transparencia en la discusión del presupuesto es fundamental para evitar malos manejos y actos de corrupción. La decisión de Prieto ha levantado sospechas sobre las verdaderas intenciones detrás de la discusión del presupuesto 2024, generando preocupación sobre la posible falta de control ciudadano en el uso de los recursos.
No es la primera vez que Susana Prieto se encuentra en el centro de la controversia. Su activismo y estilo confrontativo han sido objeto de debate en numerosas ocasiones. Sin embargo, la decisión de excluir a la prensa de un debate tan relevante ha intensificado las críticas hacia su figura. Para muchos, esta actitud es un reflejo de una política que prefiere la opacidad y que teme al escrutinio público, lo que podría poner en riesgo la confianza ciudadana en sus representantes.
Por su parte, Prieto ha defendido su decisión argumentando que la prensa podía malinterpretar las discusiones y crear controversias innecesarias, lo que podría afectar el proceso legislativo. No obstante, sus explicaciones no han logrado calmar las críticas, y la acción ha sido vista como un intento de censura y control de la información.
Esta situación ha abierto un debate sobre los límites de la transparencia en el poder legislativo y la necesidad de garantizar que la prensa pueda cumplir con su labor de informar a la ciudadanía sin restricciones. La controversia generada por Susana Prieto podría tener repercusiones en su carrera política y en la percepción que la ciudadanía tiene sobre la forma en que se maneja el presupuesto público en México.