Actualmente, las prácticas de enriquecimiento inexplicable y de desarrollar carreras políticas, siguen vigentes sin distinguir simpatías ni partidos políticos. En México, el sindicalismo cuenta con una imagen negativa. Muchos de sus líderes sindicales han pasado de defender los derechos y las condiciones laborales de los trabajadores a enriquecerse con las cuotas sindicales. Pugnan por sus
Actualmente, las prácticas de enriquecimiento inexplicable y de desarrollar carreras políticas, siguen vigentes sin distinguir simpatías ni partidos políticos.
En México, el sindicalismo cuenta con una imagen negativa. Muchos de sus líderes sindicales han pasado de defender los derechos y las condiciones laborales de los trabajadores a enriquecerse con las cuotas sindicales. Pugnan por sus propios intereses y hasta desarrollar carreras políticas en oficinas y curules lejanos a la organización sindical que impulsó su liderazgo.
El sindicalismo en el país encuentra sus raíces en la Revolución Mexicana y la consolidación del sistema político mexicano, para convertirse en el brazo corporativista del régimen priista que se mantuvo en el poder por más de 70 años. Actualmente, las prácticas de enriquecimiento inexplicable y de desarrollar carreras políticas, siguen vigentes sin distinguir simpatías ni partidos políticos.
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Carlos Romero Deschamps duró 26 años como secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, llegó a ser senador por el PRI de 2012 a 2018. Su enriquecimiento resulta polémico, posee un yate de 1.5 millones dólares, un departamento de 1.3 millones de dólares y relojes de 200 mil dólares.
De la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación surgió Alejandra Barrales, ex secretaria general de esta organización y de la Federación de Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios. En el año 2000 comenzó su carrera política como diputada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Se incorporó más tarde a las filas del PRD en 2002. En 2012 fue electa como senadora y en 2018 contendió por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Barrales fue señalada por tener un departamento en Miami de 990 mil dólares y una casa en Chapultepec con valor de 13 millones de pesos.
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Otro caso emblemático es el de Napoleón Gómez Urrutia, desde 2002 secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y similares de la República Mexicana. Luego de la tragedia en la mina de Pasta de Conchos se le acusó de disponer ilícitamente de los recursos de un fideicomiso perteneciente a la organización sindical por 55 millones de dólares. El líder sindical se exilió en Vancouver, Canadá desde donde dirigió al Sindicato Minero. No fue sino hasta que resultó electo como senador por Morena en 2018 que regresó a México.
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El actual dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores del Nacional Monte de Piedad y de Empresas de Préstamo Prendario, Mauro Arturo Zayún González, tampoco escapa a esta lógica. Ha dirigido desde el año 2000 esta organización gremial. Se le acusa de recibir cuotas sindicales por unos 3 millones de pesos anuales más 3 millones de gastos por representación. Con esos recursos se le acusa de realizar viajes en primera clase, hospedarse en hoteles de lujo, hacer campañas políticas y coaccionar a los secretarios de cada estado. En las últimas semanas se le ha visto en un flirteo político con las actuales élites de Morena.
Con el impulso de la democracia sindical, la organización de las relaciones laborales en el país está teniendo una movilización que no se observaba antes. Sin embargo, es claro que existen líderes sindicales que aún a la fuerza pugnan por mantener las viejas prácticas corporativistas, para sus propios intereses. Todo lo anterior a costa de los derechos de los trabajadores y sus familias.
Fuente: Redacción.
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