El nombre de COREMEX genera indignación entre los trabajadores de Plásticos y Fugra Lerma, quienes acusan a este sindicato de ser un instrumento de corrupción y control más que una herramienta de representación laboral. Desde su incursión en la planta, COREMEX ha sido visto como un sindicato pequeño, sin representatividad ni interés por los derechos
El nombre de COREMEX genera indignación entre los trabajadores de Plásticos y Fugra Lerma, quienes acusan a este sindicato de ser un instrumento de corrupción y control más que una herramienta de representación laboral. Desde su incursión en la planta, COREMEX ha sido visto como un sindicato pequeño, sin representatividad ni interés por los derechos de los empleados.
Trabajadores relatan que COREMEX se ha convertido en un cómplice de la empresa, negociando en la sombra acuerdos que afectan directamente a las condiciones laborales. “Ellos no nos escuchan ni nos representan. Solo buscan proteger sus intereses y los de la empresa, mientras a nosotros nos dejan desamparados”, expresó un empleado con años de servicio en la planta.
La falta de elecciones democráticas y la colocación de personas cercanas a los líderes en puestos clave han desatado críticas hacia este sindicato, que parece operar más como una red de influencias que como un defensor de los derechos laborales. «Son un sindicato fantasma, que aparece solo para firmar acuerdos en contra de nuestros intereses y desaparece cuando más lo necesitamos», declaró una trabajadora.
Además, las denuncias por el manejo opaco de las cuotas sindicales han levantado sospechas sobre el verdadero destino de los recursos que los empleados aportan mensualmente. Según varios testimonios, estos fondos se utilizan para mantener privilegios de los líderes en lugar de mejorar las condiciones de los afiliados. A esto se suma la constante falta de apoyo frente a abusos laborales, despidos injustificados y la nula intervención en conflictos clave para los empleados.
Los trabajadores de Lerma han manifestado su rechazo rotundo a COREMEX y exigen sindicatos transparentes y comprometidos con su bienestar. “Estamos cansados de ser manipulados por un grupo corrupto que solo busca llenarse los bolsillos mientras nosotros trabajamos sin respaldo”, señalaron en un comunicado. La lucha continúa, y la demanda es clara: el fin de los sindicatos corruptos y la recuperación de la verdadera representación laboral.
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