El pasado 4 de marzo una joven universitaria se despidió de sus padres y su hermano en el municipio de Tuzamapan de Galeana, sin jamás imaginar que sería la última vez que los estrujaría entre sus brazos pues el matrimonio y el joven que regresaban a su natal Veracruz después de haber dejado a la
El pasado 4 de marzo una joven universitaria se despidió de sus padres y su hermano en el municipio de Tuzamapan de Galeana, sin jamás imaginar que sería la última vez que los estrujaría entre sus brazos pues el matrimonio y el joven que regresaban a su natal Veracruz después de haber dejado a la estudiante en territorio poblano, fueron secuestrados y asesinados; un adolescente, fue detenido señalado de participar en los hechos.
Las investigaciones de las autoridades ministeriales señalan que la fecha en mención, una joven denunció ante la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) la desaparición de su familia.
La estudiante declaró que un día antes salió de su vivienda en Papantla, Veracruz, con sus padres y su hermano, a bordo de dos motocicletas; sus familiares la dejaron en la comunidad de Tuzamapan de Galeana, Puebla, y se despidieron en el crucero conocido como “El Ramal”.
Ella siguió avanzando hacia Huehuetla, donde estudia la universidad, mientras que sus progenitores y su consanguíneo regresaron a Papantla.
La universitaria perdió toda comunicación con los hoy occisos por lo que al día siguiente decidió acudir a las autoridades poblanas y pedir ayuda.
Después de las primeras investigaciones, las autoridades localizaron los cuerpos putrefactos de las tres víctimas en la junta auxiliar de Reyes de Vallarta en Tuzamapan de Galeana.
Los agentes investigadores obtuvieron información acerca de que el número celular de un adolescente, de identidad reservada, estuvo vinculado con el celular de la mujer asesinada, después de la desaparición.
Por ello, la Fiscalía solicitó orden de cateo en el domicilio del adolescente y el 23 de octubre de este año se llevó a cabo. En la vivienda, los agentes ministeriales encontraron dos celulares, uno de ellos pertenecía a la madre de familia asesinada, por lo que el menor quedó bajo la medida cautelar de internamiento por el delito de encubrimiento por receptación.
Tras quedar a disposición de la Unidad Especializada en Justicia para Adolescentes, el menor quedó en libertad ya que el delito no ameritaba internamiento.
Al considerar que había suficientes elementos para acreditar su participación en el secuestro exprés agravado, el Ministerio Público especializado solicitó orden de aprehensión en contra del adolescente, y poco después fue aprehendido.
El menor ahora sí quedó detenido por su presunta participación en el secuestro agravado de la familia, que además fue asesinada, y por ello el pasado 25 de octubre, en audiencia, una jueza vinculó a proceso al adolescente.
Las investigaciones siguen para la búsqueda de los demás responsables.