Si no se toman acciones urgentes, la contaminación podría propagarse aún más, incluso a otros 900 pozos profundos, por la complejidad que tiene el sistema de acuíferos en la ciudad.

La problemática del agua contaminada y con olor a combustible que inicialmente afectaba a la alcaldía Benito Juárez ha tomado dimensiones alarmantes en la Ciudad de México. Lo que comenzó como una preocupación localizada hace tres semanas ahora se expande por la urbe, afectando colonias más allá de la Benito Juárez, colonias como la Condesa y la colonia Roma, ubicadas en la alcaldía Cuauhtémoc.

Ante esta situación, las demandas y la urgencia de acción por parte de los vecinos hacia el gobierno capitalino se han multiplicado, a pesar de las acciones del Gobierno de la ciudad de México de clausurar el pozo Alfonso XIII ubicado en la alcaldía Álvaro Obregón, señalado como el origen de esta contaminación.

Al respecto, José Luis Luege Tamargo, ex titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), ha advertido que, de no tomarse medidas adecuadas, la situación podría empeorar haciendo inevitable la declaración de una emergencia sanitaria. La preocupación radica en que la contaminación podría propagarse aún más, incluso a otros 900 pozos profundos si no se toman acciones urgentes, pues la complejidad del sistema de acuíferos y el proceso químico de difusión implican que el agua contaminada podría afectar otros puntos de extracción.

Es imperativo que el Gobierno de la Ciudad de México tome medidas drásticas para mitigar el problema, entre ellas, la necesidad de extraer el agua de los depósitos afectados y someterla a un riguroso tratamiento hasta que sea seguro para el consumo humano.

La salud de los habitantes de la alcaldía Benito Juárez ya está en riesgo y la omisión del gobierno capitalino está poniendo en riesgo también ahora la salud de los habitantes de la Cuauhtémoc amenazando con extenderse aún más.