Los mexicanos tenemos que acostumbrarnos a ver, cada día más, a personas migrantes de varios países, que forman parte del entorno, sin discriminación, xenofobia ni racismo, ya que en la última década, México se ha transformado en un país de tránsito a uno de destino. Precisamente, la comunidad haitiana es la que más se está
Los mexicanos tenemos que acostumbrarnos a ver, cada día más, a personas migrantes de varios países, que forman parte del entorno, sin discriminación, xenofobia ni racismo, ya que en la última década, México se ha transformado en un país de tránsito a uno de destino. Precisamente, la comunidad haitiana es la que más se está quedando en el país y sobre todo en la Ciudad de México, donde se calcula que hay más de 3000.
A la fecha, se encuentran cerca de 1500 personas haitianas en albergues religiosos de la sociedad civil y en el de Tláhuac, pero además hay un número similar deambulando por calles, plazas, como la Giordano Bruno; en centrales camioneras, norte y sur, y los menos rentado algún cuarto u hotel en las colonias Tabacalera, San Rafael Guerrero o Tláhuac.
Los haitianos son los migrantes que más solicitan asilo en México. Un buen número se le puede ver en las oficinas de la Comar, en la colonia Juárez, haciendo fila para realizar sus trámites y solicitar asilo, en la CDMX, o bien en el interior de la república en Tapachula, Chiapas; Tenosique, Tabasco y Acayucan, Veracruz.
En la presentación del estudio denominado “Revertir el riesgo y la tristeza, un asomo a la realidad de las personas migrantes haitianas en México”, realizado por Save The Children, Ana Laura Nava, subdirectora de MERAGCI de la organización internacional describió que los migrantes describen que pasan hambre, falta de techo, fueron víctimas de delito, no contaron con servicios sanitarios por lo que enfermaron durante su trayecto.
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez Hernández, recordó que el origen de la migración haitiana a gran escala inició debido a fenómenos naturales, en 2010 un terremoto, un huracán en el 2016, otro terremoto en el 2021, lo que originó salida masiva. En ese mismo año se registró el asesinato del presidente Jovenel Moïse y la toma del estado por bandas criminales.
A la fecha es uno de los países que más población expulsa al exterior, 1.7 millones más de la cuarta parte de la población de la isla se ha tenido que mover. Es migración multidestino, citó.
Haitianos en CDMX
En la capital mexicana no se tiene la real dimensión de la población migrante, “quizá porque somos muchos y estamos acostumbrados a ver tanta gente”, comentó la titular de la CDHCM.
En lo detectado, el 25% de los migrantes son niñas, niños y adolescentes; de estos, alrededor de las tres cuartas partes son infantes en la primera infancia.
En este 2023, entre los meses abril-junio, el INM en la capital mexicana dio alrededor de 20 mil formas migratorias.
En el albergue de Tláhuac, que se abrió el 30 de marzo pasado, albergó en la primera semana, 158 personas, para la semana tenía el doble, y en sus picos más grandes llegó a tener 4 mil 500 personas, de las cuales el 85% eran haitianos. El segundo grupo de migrantes en la capital son venezolanos y hondureños.
En la actualidad son 500 personas en el albergue de Tláhuac, 1000 mil personas en los 9 albergues de las organizaciones de la sociedad civil en la CDMX. Las casas de migrantes ya llevan más de 2 años al tope de su capacidad. Tienen capacidad para 600, y hubo momentos que atendieron a más de 2 mil.
Ramírez Hernández comentó que muchos migrantes haitianos intermitentes, sobre todo los que no están en los albergues, se mueven, están un tiempo y luego regresan. Porque aún no hay políticas de inclusión integral para beneficiarlos.
De acuerdo al INM, son varias las ocasiones que desalojan a migrantes haitianos de la Plaza Giordano Bruno para llevarlos a algún albergue, pero se regresan a ese lugar.
Resaltó la gran labor de las personas que atienden casas de migrantes, quienes además de dar cobijo, alimento, atención médica y psicológica, hacen labor con los vecinos y vecinas de las colonias donde están ubicadas, para sensibilizarlas y ser empáticas con las personas que vienen del exterior.
Ana Laura Nava explicó que a las niñas y niños migrantes, nadie los tomó en cuenta y ningún infante de otra nacionalidad les habló, no pudieron jugar con nadie, y por supuesto inasistencia a las escuelas una invisibilización para la niñez, por lo que los menores reaccionan con tristeza, stress, falta de apetito, falta de sueño, la mayoría tiene anemia, ante esta situación de movilidad.
Los haitianos en su trayecto han sufrido inseguridad, maltrato y discriminación, principalmente por racismo, y ellos perciben que es por el idioma, hablan creolé/kreyol y por el color de su piel. Barreras que no les ha permitido acceder a servicios básicos.
Donde reciben mayor discriminación y violencia son los servicios de vivienda, búsqueda de empleo, inclusión escolar y trámites migratorios. La niñez haitiana en situación de movilidad se encuentra en latente riesgo, vulneración en sus derechos.
En su paso por nuestro país, al menos el 77% de los migrantes de Haití han sido víctimas de algún delito. Entre los principales tipos de violencia destacan el robo con violencia, el abuso de autoridad, la violencia física, la violencia emocional y el abuso sexual. Solo el 16% se siente cómodo identificándose como víctima pese a que ya se haya cometido algún delito de los anteriores en su contra.
Otro de los descubrimientos de este trabajo es que de las personas entrevistadas, 9 de cada 10 padecieron hambre durante su trayecto, el 81.1% ha vivido en condición de calle, el 63.3% no ha contado con acceso a sanitarios y el 43.3% ha estado enfermo.
El estudio revela que 4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes migrantes, tienen estrés, dificultad para dormir y 1 de cada 4 han dejado de jugar, además que la mayoría de ellos ha pasado hambre durante la travesía, incluyendo en su estancia en el país.
En la encuesta participaron más de 600 personas haitianas quienes se encontraban viajando con niños niñas y adolescentes en Tapachula, Palenque, Tenosique, Ciudad de México, Tijuana y Reynosa; la mayoría de los padres migran en 7 de cada 10 casos por inseguridad, para llegar a Estados Unidos o por ser víctimas de persecución, los niños, niñas y adolescentes en su mayoría manifestaron que sus familias no hablaron con ellos sobre la travesía, el hecho de emigrar o dejar su entorno para salir de su país.
Asimismo, precisó que los haitianos entran a México por Tapachula, Tenosique y Palenque, y buscan llegar a Estados Unidos por Tijuana y Reynosa.
De acuerdo a la encuesta prefieren vivir en albergues o en viviendas rentadas y compartidas.
Y ellos obtienen las rutas migratorias a través de otras personas conocidas, otras que se encuentran y redes sociales. Salen de Haití, por la violencia generalizada y por su sueño de llegar a Estados Unidos y por persecución.
Sobre su situación migratoria cerca de la mitad se encuentra con permiso cerca de la caducidad y un tercio en situación irregular.
David Calderón, director de calidad, innovación e impacto de esta organización, confirmó que la realidad de los menores migrantes de esa nacionalidad es que no juegan, tienen estrés y han sido relegados al negárseles la posibilidad de asistir a la escuela.
Mientras que Maripina Menéndez, CEO de Save The Children en México, consideró que es urgente la creación de una política pública para atender el trauma de estos menores y adolescentes, cuya historia futura puede modificarse al salvarlos del analfabetismo, la malnutrición, la apatridia y la falta de oportunidades.
Otros de los resultados del informe se habló sobre el tema de la salud mental y cómo es que ésta afecta principalmente a niños y jóvenes quiénes en muchos casos son llevados a este contexto de movilidad por decisión de sus padres y terminan sin poder estudiar meses o incluso años en los que se logra regularizar su situación migratoria.
El representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en México, Giovanni Lepri, resaltó que en los últimos años se ha visto un incremento importante en la llegada de población haitiana al país, por lo cual indicó que es necesario fortalecer la respuesta con otras alternativas para regular la estancia, ya que no pueden volver a su país enfrentando la peor situación humanitaria y de derechos humanos en décadas.
Solicitantes de refugios
En los dos últimos años, las personas solicitantes de refugio son de origen haitiano y el número llegó a 105,754. En los solicitantes del 2023, 37,376, hasta el momento se han resuelto solo 3069 y solo 369 status de refugiados, menos de uno de cada 100 solicitantes haitianos.
Lo anterior significa, resalta el estudio, que en lo que va del 2023, apenas se ha resuelto el 8.1% de todas las solicitudes de personas de origen haitiano recibidas por la COMAR, y sólo el 0.9% de ellos, han logrado el estatus de refugiado reconocido.
Cada vez más, están pensando en México como destino, una de cada 3 personas solicitantes de refugio es de origen haitiano. Muchos abandonan el proceso, porque no es fácil ni rápido, al menos se requieren 3 citas, expuso David Calderón. Muchos no se quedan.
Se tienen que revisar los presupuestos para el Instituto Nacional de Migración, la COMAR y darles una certificación de su personal en materia de derechos humanos y en derechos de la niñez. Hacer una NOM en atención a infancia migrante para personal y funcionarios.
GABY HERNANDEZ, ATIENDE MIGRANTES EN OBSERVATORIO
Gabriela Hernández Chalte es la coordinadora general del albergue para migrantes Refugiados y Víctimas de Delito, Casa Tochan, atiende a migrantes de todas las nacionalidades, pero en los últimos años han llegado a ese lugar personas de Haití.
No ha tenido problemas de comunicación con esta población, ya que “hay un chico que les ayuda, de origen haitiano y él sirve como traductor”.
La defensora de los derechos de los migrantes platicó que tiene 46 camas y a la fecha, tienen 120 personas.