Leticia Varela, quien se postula como “La alcaldesa honesta” en su campaña para la alcaldía de Benito Juárez, enfrenta serias críticas de los ciudadanos que cuestionan la veracidad de su lema. Las inconsistencias en sus acciones y su historial han llevado a muchos a considerar que su campaña se basa en chismes y mentiras.

Desde el inicio de su campaña, Varela se adelantó a las fechas establecidas por la ley electoral, colocando propaganda de su partido antes de tiempo. Este acto, considerado una infracción electoral, contradice directamente su promesa de honestidad y respeto a las normas. Los ciudadanos se preguntan cómo puede alguien que viola las reglas básicas de la campaña aspirar a ser un modelo de integridad.

Otro punto de controversia es el supuesto cariño que Varela profesa hacia los animales. Durante su tiempo como presidenta de la brigada de vigilancia animal, su gestión estuvo marcada por múltiples acusaciones de malos manejos. Testimonios y reportes sugieren que, bajo su liderazgo, la brigada enfrentó problemas graves que perjudicaron el bienestar animal. Estas denuncias ponen en duda su autenticidad y compromiso con la causa animalista, un tema que ella utiliza frecuentemente para ganar apoyo.

Además, la pandemia de COVID-19 expuso otra faceta problemática de su gestión. Los comerciantes de Coyoacán, uno de los sectores más afectados por la crisis sanitaria, han expresado su descontento por la falta de apoyo de Varela. Durante los momentos más críticos, muchos negocios locales no recibieron la asistencia prometida, lo que provocó cierres y pérdidas significativas. Esta falta de apoyo y empatía hacia los comerciantes ha sido un punto recurrente de crítica, socavando aún más su imagen de honestidad y compromiso con la comunidad.

Las acciones de Leticia Varela, desde violar las normas electorales hasta su cuestionable gestión en la brigada de vigilancia animal y su indiferencia hacia los comerciantes en plena pandemia, contrastan fuertemente con la imagen que intenta proyectar. Los ciudadanos de Benito Juárez,, que buscan líderes transparentes y comprometidos, se sienten engañados por una campaña que parece más centrada en crear una fachada de honestidad que en practicarla realmente.

En conclusión, el lema de “La alcaldesa honesta” de Leticia Varela ha sido severamente cuestionado por sus acciones contradictorias y su historial dudoso. Los ciudadanos de Benito Juárez merecen una líder que realmente encarne los valores de integridad y responsabilidad, y la actual controversia pone en tela de juicio si Varela es la persona adecuada para cumplir esa promesa.