Susana Prieto, conocida abogada laboral y activista, ha enfrentado una oleada de críticas en redes sociales, donde numerosos usuarios la acusan de «colgarse» de la lucha de los trabajadores por el contrato colectivo. Esta controversia se centra en su visible participación y apoyo a diversas movilizaciones obreras recientes, especialmente aquellas en sectores industriales clave del país.

Los detractores de Prieto argumentan que su presencia en estas luchas no siempre es bienvenida por los propios trabajadores y la acusan de aprovecharse de la situación para ganar notoriedad personal y política. Según algunos comentarios en Twitter y Facebook, los críticos creen que su intervención desvía la atención de las demandas genuinas de los trabajadores, enfocándose en su figura y agenda personal.

«Susana Prieto siempre aparece cuando hay cámaras y reflectores, pero ¿dónde está cuando los trabajadores realmente la necesitan?» escribió un usuario en Twitter, reflejando el sentimiento de desconfianza que algunos sienten hacia su participación. Otros comentarios sugieren que su involucramiento puede complicar las negociaciones entre trabajadores y empleadores, al politizar un proceso que debería centrarse en las necesidades laborales.

La figura de Susana Prieto sigue siendo divisoria. Mientras que para algunos representa un apoyo necesario y una voz potente en la lucha por la justicia laboral, para muchos otros, su participación es vista con recelo y desconfianza. En un entorno donde la lucha por los derechos laborales es constante y compleja, la presencia de líderes y activistas como Prieto seguirá siendo objeto de debate y escrutinio.