En Cuernavaca, el panorama de gestión del alcalde José Luis Urióstegui se torna sombrío conforme los morelenses alzan la voz ante lo que describen como una ciudad en ruinas. La población de Cuernavaca enfrenta múltiples desafíos que incluyen inseguridad rampante, escasez de agua, y obras inconclusas, lo que ha encendido los ánimos de los habitantes hacia una administración que parece estar más en crisis que en control.

Los ciudadanos de Cuernavaca han mostrado su frustración en múltiples ocasiones, evidenciando un descontento palpable con el alto cobro del impuesto predial y la falta de servicios básicos como el agua potable. Este descontento no solo se expresa en palabras, sino también en acciones, con manifestaciones que han recorrido las calles exigiendo cambios tangibles y un manejo más justo y eficiente de los recursos de la ciudad​.

Uno de los problemas más acuciantes es la escasez de agua, un tema que ha sido históricamente ignorado y que ahora parece llegar a un punto crítico. La ciudad sufre de un sistema de agua colapsado, con una deuda monumental que asciende a más de mil millones de pesos, lo que ha provocado cortes de agua y un servicio deficiente que afecta diariamente a los cuernavacenses​.

Además, el legado de Urióstegui se ve empañado por una percepción alarmante de inseguridad. Cuernavaca se posiciona entre las ciudades con mayores índices de percepción de inseguridad en México. Esta situación ha generado un clima de incertidumbre y temor entre los residentes, que cuestionan la capacidad de su líder para revertir esta tendencia y proporcionar un ambiente seguro​.

La promesa de Urióstegui de reelección no ha sido bien recibida, con muchos ciudadanos argumentando que su gestión anterior no ha abordado de manera efectiva los problemas cruciales que enfrenta la ciudad, y que una continuación de su mandato solo perpetuaría los mismos desafíos sin ofrecer soluciones reales​.

La esperanza de un cambio real se cierne en el horizonte mientras los morelenses claman por un liderazgo que pueda rescatar a Cuernavaca del abandono y llevarla hacia un futuro más prometedor.