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Corenadr protegera semillas nativas de la CDMX para impedir transgénicas

La Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenadr), de la Secretaría del Medio Ambiente local (Sedema), inauguró la Casa de Semillas Toxinachcal, la cual tiene por objetivo cuidar y multiplicar las semillas nativas que dotan de alimento a habitantes de la Ciudad de México, lo que evitará la producción de transgénicos. El espacio, ubicado

La Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenadr), de la Secretaría del Medio Ambiente local (Sedema), inauguró la Casa de Semillas Toxinachcal, la cual tiene por objetivo cuidar y multiplicar las semillas nativas que dotan de alimento a habitantes de la Ciudad de México, lo que evitará la producción de transgénicos.

El espacio, ubicado en la alcaldía Xochimilco, es un banco de germoplasma que tiene la misión de salvaguardar los recursos fotogénicos agrícolas existentes en el suelo de conservación de la CDMX.

La casa, además de restringir la generación de cultivos genéticamente modificados, busca dotar de suministros de emergencia en situaciones de crisis, lo que permitirá reducir la dependencia de los campesinos a comprar variedades comerciales de semillas.

Algunas de las semillas resguardadas son maíz, amaranto, frijol, haba, romeritos, chile, cempasúchil, huazontle y calabaza.

Los productores de suelos de conservación podrán intercambiar semillas y conocimientos tradicionales, lo que ayudará a la preservación de ecosistemas y agroecosistemas.

Marina Robles, titular de la Sedema, expuso que el trabajo de la casa significa la defensa por la vida de los pueblos originarios de la CDMX, para evitar la producción de maíz transgénico que pone en riesgo la salud de quienes lo consumen.

Columba López, titular de la Corenadr, señaló que el suelo de conservación tiene un carácter invaluable, ya que sin él no hay vida en el suelo urbano. La Casa Toxinachcal, dijo, cuenta con un vivero que producirá especies forestales, acuáticas, agrícolas y este año acondicionarán un laboratorio de micropropagación, para reproducir las plantas en peligro de extinción.

“Está aquí nuestro patrimonio biocultural de los pueblos originarios, eso es importante decirlo, los pueblos originarios hoy tienen una casa para sus semillas y, en unos meses, vamos a tener la bóveda de las semillas, donde los productores que no tienen dónde guardarlas las van a poder traer aquí. Todos van a poder guardar y almacenar en una gran nave sus semillas, para que cuando las ocupen, las retiren y después las traigan”, detalló.

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